Gran parte de nuestras vidas nos las pasamos durmiendo, por lo tanto soñando. Dicen los expertos que todos soñamos aunque muchas veces no recordamos lo que hemos soñado la noche anterior. A veces incluso soñamos con los ojos abiertos, esos momentos de desconexión ya sean escuchando música, practicando deporte, o simplemente haciendo aquello que nos gusta son en realidad nuestro momento emprendedor. Estos momentos de desconexión, que nos permiten soñar contienen los impulsos que todo emprendedor ha tenido, tiene o tendrá. Todos tenemos la necesidad de iniciar un camino propio, solitario en el que nosotros marquemos el ritmo, la dirección, la pausa. Normalmente estos instantes los pasamos imaginando un futuro distinto y mejor, un futuro en el que nosotros somos los protagonistas y en el que causamos el reconocimiento y la admiración de los demás. Porque de emprendedores somos todos, en nuestra vida particular constantemente tenemos momentos de emprendedor, como por ejemplo cuando elijo la ropa que me voy a poner cuando me levanto de la cama, cuando decido que voy a comer hoy, o cuando decido donde iré de viaje el próximo verano. El ímpetu personal, el apoyo del entorno, y sobre todo la capacidad de soñar harán que nuestro momento de desconexión, nuestro momento emprendedor se convierta en el inicio de nuestro proyecto empresarial.

De: Gat Carpat