En el momento de emprender no deben existir ni fronteras ni barreras, es por eso que es muy importante tener claro que no es tan importante el que, sino el cómo y el donde. Analizando la situación económica y social de nuestro país, puede que nuestros pronósticos no sean los más optimistas para iniciar una aventura empresarial. Es por ello, que es muy importante levantar la mirada y analizar otros mercados donde nuestra inversión sea más segura y lo más importante, que las probabilidades de éxito sean mayores. ¿En qué país decidiremos iniciar nuestra aventura empresarial? A continuación te mostramos algunas opciones:
Una opción atractiva sería Australia, donde tardaremos tan sólo dos días en poder abrir nuestra empresa, después de haber desembolsado 300 euros.Según cuentan algunos españoles que ya dieron el paso hace años, en el país de los canguros, el emprendimiento se fomenta desde el gobierno, facilitando el acceso de los desempleados a cursos orientados hacia esta dirección y ayudando a sacar adelante el proyecto si éste es aprobado. Mientras dura este proceso, un año, se sigue cobrando la prestación por desempleo. ¿Los inconvenientes? Como en todas partes, el idioma, la competencia autóctona y legislación desconocida.
Al otro lado del mundo tendremos a los Estados Unidos, todavía hoy la mayor potencia económica del mundo, un país con una fuerte cultura del esfuerzo y el individualismo que está muy arraigada y en el que en tres días y por aproximadamente 500 euros podremos montar nuestro negocio. Si bien es cierto que el idioma puede volver a ser un impedimento, hay que tener en cuenta que el español es, de facto, el segundo idioma del país, especialmente en zonas como California o Florida. Si no queremos irnos demasiado lejos, en Europa también tenemos opciones. Por ejemplo, en Irlanda nos encontraremos con unos impuestos bajos. Dinamarca, en cambio, tiene poco desempleo e inflación, alrededor del 5% y del 2,5%, respectivamente. Por otro lado, establecernos en Finlandia puede servirnos de trampolín hacia Rusia y el Báltico, mientras que Luxemburgo es el país del continente con el nivel de vida más alto.
La decisión es nuestra. ¿Qué país debemos escoger? Dependerá de nuestras necesidades, expectativas o posibilidades. Sin embargo, no debemos olvidar que, si bien ser emprendedor es siempre algo muy positivo y un valor añadido, serlo en el extranjero todavía lo es más.
Por: Jordi Nicolás